Presentación

"Estrategias de Intervención Comunitaria", del Dr. Antonio Lapalma, es una materia electiva de la Carrera de Licenciatura en Psicología de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.

Profesor Titular (interino): Dr. Antonio I. Lapalma

Jefa de Trabajos Prácticos: Lic. Cora Pesiney

Ayudantes de 1º:

Lic. Fernando Landini
Lic. Soledad Rubio
Lic. Sofia Murtagh
Lic. Carolina Wajnerman
Lic. Ana Morena Corvaglia

Ubicación de la materia:

"Estrategias de Intervención Comunitaria" es una materia electiva perteneciente al Ciclo de Formación Profesional en el Área Social Comunitaria y tiene por correlativas a las materias: Metodología de la Investigación, Psicología Social y Salud Pública.
Los contenidos del Programa toman en cuenta las correlatividades existentes, de los cuales se recuperan los aportes de la psicología preventiva, salud pública, psicología sanitaria, especialmente aquellos conceptos vinculados con la planificación de las intervenciones en el campo de la salud comunitaria.

Enfoque adoptado por la Cátedra:

La materia debe ser ubicada desde una doble perspectiva:

- Desde la Psicología Social (la cual no presenta un paradigma único), permite visualizar una complejidad temática y metodológica resultante de una diversidad de puntos de partidas y de una creciente diferenciación en campos de aplicación;

- Desde la Psicología Comunitaria latinoamericana, orientación en la cual la comunidad asume el control activo en la modificación de situaciones que la afectan e inicia un proceso de fortalecimiento de procesos de organización comunitaria, con la cooperación de un equipo de asistencia técnica.

Ambas condiciones definen el carácter interdisciplinario de las intervenciones en el ámbito comunitario. Aspectos centrales de la misma (identificación de necesidades sociales, fortalecimientos de organizaciones de base, articulación multiactoral, participación social, transferencia de capacidades) son presentados de tal manera que permiten el encuadre metodológico de las intervenciones en "un contexto social multideterminado, multiestructurado y de múltiples niveles".


La noción de intervención comunitaria, hace referencia a procesos de cambio voluntarios e intencionales, orientados a la modificación de sus propias representaciones sociales y la valorización de sus acciones para modificar las condiciones que los marginan y excluyen.

El énfasis de la materia es metodológico, articulando los contenidos teóricos a los problemas prácticos de organización comunitaria, necesidades sociales, modelos de intervención, contextualizando estas cuestiones en el marco de los últimos debates sobre política social.

Cuatro aspectos son desarrollados en la construcción de encuadre de intervención comunitaria, desarrollados por la cátedra:

1. La intervención comunitaria como un proceso de cambio social planificado participativo con niveles múltiples y sinérgicos de abordaje (cambio social, competencias y tecnologías sociales y modelos organizacionales comunitarios);

2. la relación existente entre: a) las necesidades sociales, b) la diversidad de formas organizativas que surgen para modificarlas y c) la interacción con otros actores sociales;

3. El reconocimiento de que estas relaciones se estructuran en un contexto histórico, político, económico y social determinado, que constituyen un escenario social complejo, turbulento con un alto contenido de incertidumbre y que expresa los espacios de la participación en sus manifestaciones: social, política, comunitaria y ciudadana;

4. La existencia de racionalidades o lógicas específicas que representan a los actores sociales. Entre ellas se destacan, la política, la técnica, burocrática y la perteneciente a la propia población. Racionalidades que se confrontan, se complementan, en espacios definidos de poder.


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El rol del psicólogo comunitario

Relación entre psicólogos y comunidades

Si bien el modo de relación propuesto por la psicología comunitaria entre psicólogos y comunidades es uno de sus elementos esenciales, no siempre se le presta suficiente atención. Aunque evidentemente existen matices y graduaciones, podemos decir que nuestra formación profesional nos ha preparado (e incluso ha forjado nuestras actitudes y nuestra personalidad) para ser expertos en un ámbito del conocimiento: la psicología. Esta situación favorece que nosotros, como profesionales, propiciemos relaciones de tipo asimétrico y vertical con los miembros de la comunidad y privilegiemos nuestros propios saberes y capacidades en detrimento de las de los otros. Así, pensando en los otros como ‘carenciados’ tendemos inconcientemente a asumir actitudes paternalistas y asistencialistas que, aún con las mejores intenciones, favorecen ellos asuman una posición pasiva.
Por el contrario, la Psicología Comunitaria, sin desconocer las diferencia, parte del supuesto de que las personas son portadoras de recursos y capacidades que hay que desarrollar y potenciar. Así, reconociendo en los otros sujetos activos, se propone establecer una relación horizontal y dialógica que permita apoyar a las personas y los grupos para que sean activas en la modificación de aquellas cuestiones comunitarias y sociales que les afectan

Bibliografía utilizada:
Astaburuaga P., Saborido, M. y Walker (1987). “Cooperación técnica. Una forma de trabajo conjunto de profesionales y pobladores”. En Planificación desde la comunidad. Ampliando el campo de lo posible. Santiago de Chile: CIPMA.
Freire, P. (1970). Pedagogía del Oprimido. Buenos Aires: Siglo XXI.
Montero, M. y Giuliani, F. (1999). La Docencia en la Psicología Social Comunitaria: Algunos Problemas. Psykhe, 8(1), 57-63.